AVISO VOCACIONAL


Cristo te invita: “Ven y sígueme”


La Orden de las Hermanas Clarisas tuvo su origen en la inspiración del Señor, infundida a  San Francisco de Asís, para que viviese las normas del santo Evangelio; Santa Clara, “PLANTITA” del mismo San Francisco, compartiendo con él esta misma vocación, nos la transmitió a nosotras, de ahí que nuestra familia se denomina acertadamente “Orden de Santa Clara” y constituye la Segunda Orden Franciscana.

Clara encendida en el espíritu misionero que alentaba a San Francisco, contribuía a la obra evangelizadora de la iglesia por medio de la contemplación y aún con sus trabajos sencillos de proveer lo necesario para el culto divino.

Ella vive y perdura en su obra, haciéndonos partícipes de las gracias que atraen a millares de jóvenes voluntarias a ser lo que Clara fue: “Hermana, esposa y madre del Altísimo”.




Las Clarisas se consagran totalmente a la contemplación y al trabajo convertido en oración perenne. Ellas con su vida y trabajo tratan de imbuir a todo el mundo en este espíritu, para que en todo el mundo sea Alabado Dios.


Las Hermanas del Claustro, como consecuencia peculiar del carisma de la Vida Contemplativa, tiene por objeto llevar una vida más consagrada a la oración en soledad, en mayor recogimiento y silencio para hacer más seguro y fácil el encuentro con Dios en la oración.



Por la Clausura no nos consideramos excluidas y desvinculadas de los hombres y del mundo, por el contrario llevamos dentro de nosotras los dolores de la humanidad y participamos en sus trabajos, sufrimientos y participamos en sus trabajos, sufrimientos, esperanzas, pidiendo por todos, al Altísimo y Sumo Bien, unidas a todos por el vínculo del Amor. Por ello levantamos nuestras manos orantes.




Hermanas Clarisas Externas

  
Son miembros de la comunidad de su propio monasterio y profesan la misma Regla y las mismas constituciones que las Hermanas de Clausura.

Cada Monasterio además de las Hermanas de Claustro, dedicadas con especialidad a la Oración, tienen conforme a las normas del derecho, Hermanas que sirven fuera del Monasterio, las cuales se llaman Hermanas Externas, con los mismos derechos y obligaciones espirituales y claustrales, excepto la guarda de la Clausura.

Santa Clara reconoce en las Hermanas Externas una auténtica vocación.

El papel de la Hermana Externa, en el sentimiento de Santa Clara es servir siempre de edificación a quienes las contemplen y sean el testimonio de la vida espiritual del Monasterio.

Su presencia entre los hombres es como la exteriorización de la Vida Contemplativa que ellas también comparten.